(Editorial) La situación económica de la ciudad no ha dejado de empeorar en los casi 9 meses que el tripartito lleva gobernando.
Lejos de adoptar medidas destinadas a sanear las cuentas municipales, el equipo de gobierno no ha aclarado en ningún momento la situación del prestamo a corto plazo que Javier Bello suscribió en 2014, como un préstamo destinado a cubrir las necesidades inmediatas de liquidez del consistorio, y que podría haber sido renovado por el nuevo gobierno de espaldas a los complutenses.
Las dudas suscitadas por esa opacidad, unido a la falta de un presupuesto que reconduzca la situación económica, unicamente repercuten en las finanzas de todos los vecinos.
Nueve meses después de la formación de nuevo gobierno, Alcalá de Henares continua con un presupuesto aprobado 3 años antes y por un gobierno de distinto signo. De nada sirven las justificaciones aportadas por el edil de Hacienda, Fernando Fernández Lara, que considera que la atención del tripartito ha tenido que estar centrada en otros temas, ya que no hay tema más importantes para un Ayuntamiento – como en cualquier otra economía- que un presupuesto que permita cuadrar gastos e ingresos.
Si la falta de elaboración de un presupuesto se debe a una falta de acuerdo entre las diferentes formas de pensar del tripartito, los únicos perjudicados de estas divergencias somos los complutenses.
Alcalá de Henares necesita unos presupuestos que recojan de manera ordenada los ingresos reales que tiene el Ayuntamiento, y esos presupuestos también deben recoger la forma en cómo se debe gastar el dinero, mejor hoy, que no mañana.