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El desastre de Chernóbil me abrió los ojos con respecto al por entonces incipiente movimiento ecologista, auspiciado hasta ese momento por Greenpeace y por el sorprendente voto verde alemán. Y me abrió los ojos porque sencillamente me di cuenta de la politización de la que era víctima el pensamiento ecologista.

Hasta entonces los Greenpeace salían en la tele evitando la captura de ballenas en el mar de Japón o evitando los vertidos nucleares, pero para ellos – los ecologistas- Chernóbil no existió. No hubo críticas y nadie se encaramó a las torres de refrigeración de la central nuclear.

Allí murió a mi entender el movimiento ecologista tal y como yo lo podía haber entendido.

He hecho trekking  por diversas partes del mundo – Annapurna incluido-, pero sobre todo me he pateado el Pirineo a base de bien, y he subido algunas de las principales montañitas nacionales que se pueden subir sin cuerda, arnés o piolet – Moncayo, Peñalara, Madaleta y evidentemente Ocejón-.

Y cuento esta saliportada, porque donde realmente me di cuenta del valor de la naturaleza fue en Costa Rica, país que visité a mediados de los 90 y en donde vi que el concepto genérico del “Pura vida” utilizado por los ticos, no estaba sujeto a veleidades ni mojigaterías políticas. En Costa Rica, se valora la naturaleza como lo que es, naturaleza en estado puro.

Desde mi punto de vista, valorar los ecosistemas del “Camarmilla”, supone enmascarar de forma artificial el verdadero problema que para mí, esconde el “Parque del Camarmilla” en sí mismo.

Nuestros politizados ecologistas valoran mucho los ecosistemas por insignificantes que éstos sean, pero no se han parado a valorar un parque inútil que nadie quiere, y que va a ocupar 35hectareas.

¿Cuánto nos va a costar la broma?¿Alguien se ha parado a razonar la hipoteca nos va a deparar el parque de Espartales?

Como no me tengo por inteligente – ya he leído en algún sitio que más de uno piensa que soy un poco gilipollas además de un rato pedante, lo que por otro lado no deja de ser cierto -, voy a auto responder mis preguntas valiéndome de mi corto intelecto:

¿Por qué se hace un parque en Espartales?

Infraestructuras. No hay político español, que no quiera pasar a la historia por ser el “constructor” de – aquí si no se construye no se hace historia-…….. Un rotativo de tirada nacional se ha dedicado recientemente a recopilar en una serie de artículos, las muchas obras gilipollescas ejecutadas durante los años de la burbuja: Estaciones de nieve seca sin nieve, aeropuertos sin aviones, o puentes que no llevan a ningún sitio son ejemplo de estas obras.

El Sr. Bello, que nunca ha dejado de verse en situación de interinidad y precario, no ha podido dejar pasar la oportunidad de dejar su huella. Como el Sr. Bello ha dejado las arcas asiiiiiiiiiiiiiií de secas y los Planes de viabilidad no le permiten generar libremente más deuda de la que ya ha generado, Bello ha optado por buscar pasta por vías alternativas, ¿Dónde la ha encontrado?. Muy facilito; en la caja de la Junta de Compensación del Consorcio de Espartales Norte.

Cinco millones de lereles esperando los dientes largos de algún político con ansias de megalomanía.

¿El problema del Parque?

Pues que si a Bello le hubiese dado por construir un Helipuerto – con los 2.5 millones que finalmente va a costar el parquecito, aquí todo puede ser, lo de menos es la utilidad-, la cosa no traería tanta cola. Un Helipuerto se hubiese plantado allí, y al cabo del tiempo hubiese caído en desuso, con un coste de mantenimiento próximo a cero.

¡¡¡Hombre!!!, Bello podía haber hecho como Carlos Fabra, podía haberse inmortalizado en un busto de tipo esperpéntico al más puro estilo de la jerarquía Soviética, todo él fundido en bronce a la cera perdida, situándolo en la rotonda de  Gustavo Adolfo Becker con Benito Pérez Galdós.

Pero con eso no nos acordaríamos de Bello nada más que cuando pasásemos por allí. Bello quiere que nos acordemos de él por los siglos de los siglos, y amén….. y parece que lo va a conseguir.

El parque de Bello va a tener 4.000 arbolillos – de las más diferentes y exóticas especies-, riego con agua, –habrá que ver si potable o reciclada-, pasarelas y un largo etcétera de extras, que van a hipotecar Alcalá de Henares con un coste de mantenimiento nunca inferior al millón de euros anuales – si, un millón, a ver si alguien riega los árboles por menos, porque cualquier entendido en jardinería sabe que el m/2 de mantenimiento de parques y jardines oscila entre los 3 y los 5€, con lo que la broma se podría ir perfectamente a 1.5 millones anuales-…. EL HIPOTECÓN DE BELLO.

¿Nos vamos a acordar de Bello?

Yo creo que sí, todos los días que nos restan de nuestra puta vida, y ahora entenderéis el porqué.

Los presupuestos del Ayuntamiento de Alcalá no cuadran, y Bello acaba de anunciar la petición de un nuevo préstamo de 20.250.000€ para cubrir los gastos corrientes. ¿De dónde va a sacar el Ayuntamiento otro millón extra para el mantenimiento del parquecito?.

Muy sencillo:

Cada hogar complutense va a tener que pagar un ticket de entre 16€ y 22€ al año para mantener el parque de Bello, independientemente de que esa familia “visite el parque de Bello o no”. ¿Nos acordamos? o ¿No nos acordamos de Bello? ¿Cómo vamos a aflojar  los 22€ por hogar?

Muy fácil: CON IMPUESTOS.

¿Quieren los vecinos el parque?

Los vecinos de Espartales ya han dicho por activa y por pasiva que no quieren más hierba en el barrio. Para hierba ya tienen bastante los vecinos de Espartales con “toda la hierba de la risa”, con la que se ve salpicado el barrio a diario. Para que lo sepan nuestros políticos….. en Espartales también se “pelan ajos con total impunidad y a plena luz del día”.

Los vecinos del barrio quieren seguridad en sus calles y sobre todo limpieza, pero no necesitan un mega parque de 35 hectáreas que no revierte en nada positivo para el futuro del barrio. Con los dos millones y medio de euros, bien podría haberse adecentado Espartales Sur, que buena falta la hace, ya que es un barrio que desde su planificación y desarrollo inicial en la segunda mitad de los noventa, no ha visto renovadas sus infraestructuras.

Y digo todo esto, porque habéis podido comprobar, que los numeritos del parque de marras en cuestión no me salen por ningún sitio. Bello nos está metiendo en un berenjenal del que nos va a ser imposible salir –¿dejaremos que los arbolitos se sequen? Evidentemente no-, y en el que nadie está diciendo las cosas como se tienen que decir. Mucho ecosistema, mucho mariconeo, pero de la pasta nadie habla.

¿Construirlo?: Quizá lo menos trascendente de la inversión; Son los 2.5 millones millones que ha anunciado el Alcalde accidental o no elegido, según quién lo cuente. Pero como siempre que hablamos de dinero público, no hemos caído en la cuenta de que construir el parque de Espartales es lo de menos, ahora hay que pagar la hipoteca anual que nos va a quedar para el resto de nuestra vida………. la HIPOTECA DEL PARQUE DE BELLO.

¿Lo va a pagar Bello?

¡¡¡Nooooooooo!!!, lo vamos a pagar nosotros, y ¿Cómo?

 ¡¡¡A escote!!!

 

Lo de siempre

Tenemos lo que nos merecemos

 

El Alcalaíno Impenitente

elalcalainoimpenitente@outlook.es

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