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Ricardo Espinosa Ibeas. Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento expreso del autor

El Casino de Alcalá – Círculo de Contribuyentes- es una de los ejemplos que demuestran que la arquitectura complutense no se detuvo ni en el renacimiento, ni en el barroco.

El Círculo de Contribuyentes es uno de los edificios emblemáticos de la ciudad, fue proyectado por el Arquitecto Municipal Martín Pastells en 1893 y se edificó en un tiempo record, no llegando siquiera a dos meses, se inauguró con un Vino Español el 24 de agosto de ese mismo año y se tomó posesión del edificio oficialmente el día 1 de septiembre de 1893

El siglo XIX, no sólo trajo penas para nuestra ciudad – como el cierre/traslado de nuestra ciudad-, también supuso un cierto esplendor arquitectónico. El círculo de Contribuyentes, fue en su momento el soporte económico de la sociedad de condueños. Situado en el número 2 de la Plaza de Cervantes el Círculo fue fundado en 1893, aunque los trabajos se demoraron hasta 1901, conforme a los diseños desarrollados por parte del mencionado Martín Pastells.

El Círculo, denominado en sus orígenes Círculo Mercantil fue fundado en 1890 y su sede se estableció en el nº 2 de la calle Cervantes, la gran cantidad de personas que quisieron integrarse en esta jovencísima sociedad, dio lugar a que plantease la posibilidad de trasladarse a un edificio propio. Como quiera que muchos miembros de la Sociedad de Condueños eran socios del Círculo, se decidió construir un edifico dentro de la manzana universitaria, este edificio según consta en las actas de ambas sociedades sería para uso del Círculo de Contribuyentes mientras éste exista.

En 1901 se encarga al pintor local Félix Yuste unos lienzos para que adornen el salón principal, se le deja vía libre para que plasme aquello que el considere. Yuste pinta 5 cuadros de temática alcalaína, 4 de ellos tienen como protagonista al río Henares, el otro la Ermita de San Isidro. Los cinco cuadros restantes son alegóricos a los fines de la sociedad, por ello aparecen las Bellas Artes, las Ciencias, la Industria, el Comercio y la Agricultura. La decoración del techo la lleva a cabo, con la misma técnica Samuel Luna en 1907 tras haber decorado la entrada del Círculo con motivo de los fastos del III Centenario de la publicación del Quijote.

La fachada, elaborada con ladrillo rojo, se ajusta al estilo neo mudéjar, muy propio de finales del siglo XIX y principios del XX. El neo mudéjar se enmarca dentro de las corrientes orientalistas de la arquitectura historicista imperante en Europa por aquella época.Este estilo se asoció especialmente a construcciones de carácter festivo y de ocio, como nuestro Círculo de Contribuyentes, Salones de Fumar, estaciones de tren o Plazas de Toros.

En nuestro país, el estilo neo mudéjar fue reivindicado como un estilo nacional, ya que estaba basado en un carácter netamente hispánico. No sólo Martín Pastells, sino también Emilio Rodríguez Ayuso o Agustín Ortíz de Villajos vieron en este movimiento artístico un sentimiento puramente español, utilizando rasgos característicos, como el uso del ladrillo o los arcos del herradura.

Con el tiempo en cambio, lo que la historiografía ha considerado tradicionalmente como neo mudéjar, son obras de estilo neo árabe, ya que utilizan elementos califales, almohades y nazaríes, quedando únicamente el ladrillo visto como elemento del neo mudéjar.

El acceso al Círculo de Contribuyentes de Alcalá queda abierto mediante dos terrazas, a las que se llega por sendos tramos de la escalera exterior.

Por lo que concierne al interior del edificio, sobresale por su brillantez decorativa el Salón Noble, cuyos lienzos simulan la textura y disposición ornamental de los tapices. Llevados a cabo por el pintor Félix Yuste en 1901, estos lienzos reflejan el paisaje alcalaíno y ciertas alegorías de la Villa. De todos ellos, destaca el titulado Apoteosis de Alcalá, en el cual queda resumido el devenir cultural de la ciudad, pues suministra un modelo, o mejor dicho, una identidad a propósito de la tradición histórica que defienden los alcalaínos.

Igualmente notable es la pintura que ilumina el techo, y que fue realizada en el año 1906 por Samuel Luna López. Con todo, una observación resulta inevitable: acumulando este muestrario, el edificio del Círculo de Contribuyentes se traduce en respeto por esa pacífica burguesía local, a la cual bien podemos imaginar, por coincidencia literaria, con un oportuno sesgo galdosiano.

© eldigitalcomplutense.es@ Ricardo Espinosa Ibeas