Fotografía: Ayuntamiento de Alcalá de Henares

(Editorial) El demoledor artículo publicado por el Diario el País en el que se recoge la kafkiana situación de los trabajadores contratados bajo el paraguas del Plan P.I.L de la Comunidad de Madrid, no hace sino llamar la atención sobre un hecho que ha sido denunciado por la mayoría de los partidos políticos y sindicatos de la ciudad.

Es de sentido común que la contratación de desempleados mediante planes de empleo– 2015 es año electoral-, tenga que estar vinculado a la consecución de unos objetivos. Tener a esos trabajadores contratados de brazos cruzados, da una idea sobre la escasa imaginación utilizada por el Consistorio dirigido por Javier Bello tanto en este asunto, como en muchos otros.

Peones de limpieza que pasan el día en su propia casa cuando la ciudad está siendo sometida a forzosos planes de limpieza de choque debido a que la podredumbre campa por sus calles o jardineros sin jardín, son algunas de las “desocupaciones” financiadas por el Plan P.I.L gestionado por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares.

Llámese P.I.L o llámese P.E.R, los planes de empleo no deberían poner en tela de juicio a un Ayuntamiento como el complutense. Los 193 contratados por el consistorio,  suponen casi el 1% de los desempleados censados en la ciudad, y no hay que olvidar que también – como todos los alcalaínos- votarán en las elecciones del próximo 24 de Mayo.

Tenerlos de brazos cruzados, o en su propia casa, – como asevera el rotativo de P.R.I.S.A-, no es el mejor destino para el dinero del Plan P.I.L – por lo menos para el destino que la C.A.M pretende darle al Plan P.I.L-. Si toda la imaginación que puede demostrar Javier Bello para reducir el desempleo en la ciudad con los 2.263.516€ destinados por el P.I.L a nuestra ciudad – 11.728€ brutos/promedio por cada puesto de trabajo creado durante la vigencia del Plan-, pasa por los terminos destacados por El País, evidentemente Alcalá de Henares se encuentra en «estado de shock», y en aras de la honestidad, ese dinero estaría mejor utilizado en otros municipios con una mayor «imaginación» por parte de sus gestores/gobernantes.

El desempleo en la ciudad, no debe ser reducido pagando peonadas por estar de brazos cruzados, y Javier Bello debería  haberlo tenido muy claro el día que presentó a los contratados en el salón de Plenos del Ayuntamiento “foto mediante”.  Ha trascurrido casi un mes desde aquella buena noticia – periodo de vacaciones consumido-, y el Ayuntamiento no ha sido capaz de buscar objetivos de trabajo que cumplir. Crear trabajo de calidad no consiste en “hacerse una foto”. Crear trabajo por parte de un Ayuntamiento implica hacer ciudad, y estar en casa con los brazos cruzados no es un trabajo digno para una persona. Parafraseando con el título del Plan en cuestión: «la inserción laboral de un trabajador no pasa por enviarle a su casa de brazos cruzados»