Que Alcalá anda revuelta, es algo que todo el mundo sabe. Que unos no se enteran de lo que se les puede venir encima y otros no tienen más remedio que “subir para no bajar” es un hecho; pero lo que está claro es que Alcalá, está hecha unos zorros. El Viernes 26 será finalmente el día en el que socialistas y magentas romperán la baraja y publicarán su acuerdo de «futuro».

Me he tomado unas largas vacaciones, que creo van a continuar durante un tiempo pese a este minibreak, pero tengo que hablar sobre la entrega del Premio Cervantes, ya que durante muchos años – este no iba a ser una excepción-, he sido asiduo a esta entrega, invitado unas veces por unos, y otras por otros.

Los Príncipes de Asturias hicieron un digno papel en su puesto, pero han cambiado tantos actores habituales de la película que han sido  “protas” durante tantos años, que el Cervantes parecía diferente. Además del Rey, nos faltan  Bartolo, la Espe, y a Rajoy se le echan en falta los LM light que se echaba José Luis Rodríguez Zapatero en el patio trilingüe.

La ausencia real – además este año el premiado era español- al igual que el año pasado, ha provocado una importante desbandada de gerifaltes del cuerpo diplomático, que no nos engañemos, daban mucho caché a la entrega.

En el Paraninfo, las cosas fueron como de costumbre. Aunque siempre he considerado a Caballero Bonald como demasiado amigo de la polémica, tengo que reconocer que dió la talla  como premiado en todo momento. Las cosas transcurrieron como en anteriores ocasiones, y el acto tuvo el mismo empaque que de costumbre.

Me llamó poderosamente la atención la presencia de Miguel Ríos – invitado por el premiado-. También la actitud de nuestros ediles. A Javier Bello se le ve tranquilo. Realmente no sé si no se entera, o si es más cómodo no enterarse, o si sencillamente él sabe por terceros que la Pili va a hacer una pifia gorda, y va a dejar a mas de uno con un palmo de narices y cara de gilipollas. No lo sé.

A Javier Rodríguez Palacios en cambio, sí que le he visto avejentado. Es como si en su rostro, en estos dos últimos años se hubiesen reflejado cuatro. Es lo que tiene querer comer de la política.

Dos hechos importantes en el patio trilingüe, el uno ha trascendido, el otro no.

Empecemos por el segundo: no tengo el gusto de conocer a Rafael Ripoll de España 2000, pensaba que me lo presentarían el martes puesto que tenemos un conocido común. Cuando entrabamos en el coctel, le vi abandonar el cotarro junto con el Obispo. Nuestro conocido común me comentó que el Sr. Ripoll no participaría en el coctel porque estaba en desacuerdo con que se celebrase un jolgorio de ese calibre en nuestra ciudad, donde hay más de 21.000 parados. Mi conocido también me comentó que España 2000 tiene vinculada una Ong  que da de comer a 30 o 40 familias en situación muy desfavorecida. Somos absurdos; nos creemos vivir en el centro del mundo y resulta que nuestro vecino y su familia pasan hambre – no hambre de solomillo o marisco-,¡¡¡ hambre de verdad!!!, de la que pasaron nuestros mayores y muchos de nosotros no hemos conocido. Muy loable el gesto del concejal de España 2000 en Alcalá.

El otro gesto en cambio sí que ha trascendido, y a mi personalmente no me ha gustado un pelo. Vi como Pilar Fernández se acercó a Ignacio González en un amago del Príncipe, y tuve ocasión de presenciar el feo gesto del presidente regional. ¡¡¡Sr. González!!! eso no se hace. Todos hemos visto como Pili aprovecha éste acto año si año no, para materializar alguna de sus reivindicaciones. La vimos en su momento acercarse a Rajoy, y el gallego tuvo mucha cintura con ella. No voy a entrar en la politización o no del tema de la escuela Infantil Carrusel o el Colegio Zulema, pero creo que a Ignacio González le habría venido bien hacer frente a uno de los sketchs de ese programa que tanto cariño le tenía a su jefa: CQC – Caiga quien caiga-. Creo que a todas luces, el presidente regional perdió los papeles con la portavoz local de Izquierda Unida y ha quedado como un mentecato de calibre ante muchos padres y madres de Alcalá de Henares.

Lo de siempre,

Tenemos lo que nos merecemos

EL Alcalaíno impenitente.