Escrito por Rosa María García y publicado en la Información de Madrid el 17 de Febrero de 1995.ALCALÁ  

Tienen 7 y 9 años y contaron la ‘hazaña’ a los amigos

Nunca se sabe lo que un niño de corta edad es capaz de hacer. Pero autentica conmoción ha causado la noticia de que dos niños de siete y nueve años fueron los que cometieron los destrozos y profanaciones de fue objeto el pasado sábado el cementerio de Daganzo.

Las primeras indagaciones, basadas en la huellas de calzado que se encontraron en el interior del camposanto, apuntaban hacia un grupo de jóvenes de entre doce y diecisiete años. Sin embargo, fueron los propios niños los que se descubrieron a sí mismos al contar a sus amigos lo sucedido aquel día. Sus amigos narraron la historia a sus padres y, posteriormente, éstos acudieron a la policía, según explico el alcalde de Daganzo, Emilio Valladar.

Los dos pequeños no tenían hasta ahora fama de traviesos en el pueblo. Tampoco eran conocidos por visitar con asiduidad el cementerio.

Una travesura

Ello hace pensar a la policía y al propio alcalde del municipio que los críos actuaron desde la ignorancia, sin ser conscientes en ningún momento del daño moral que estaban causando a sus vecinos. “Ha sido una travesura de niños y como tal tenemos que aceptarla. Mejor entenderlo así que como un acto de gamberrismo, como en principio se pensó”, ha manifestado Valladar.

El regidor apela a la “buena voluntad” de los daganceños para que en ningún caso se señale a estos dos jóvenes con el dedo, y mucho menos que sean marginados en el municipio. “Me dolería mucho que a unos niños de tan corta edad se les tratara con diferencia con respecto a otros que han podido hacer travesuras mucho más gordas en la localidad”, argumentó Emilio Valladar.

El alcalde ha tenido ya un primer contacto con los padres de los niños para empezar a hablar del pago de los destrozos. Dos lápidas rotas, tiestos en el suelo, faroles caídos y cruces destrozadas es el panorama que presentaba el cementerio el pasado sábado alrededor de la una de la tarde, y no de madrugada, como en un primer momento se apuntó.

Emilio Valladar ha manifestado que los progenitores de los pequeños se han mostrado receptivos a la idea de pagar los desperfectos, aunque de momento se continúa calculando el valor de los daños materiales.