Adjunto publicamos la siguiente Carta publicada por Don Tomás Fernández:
El año pasado corrí el I MARATÓN DE ALCALÁ y este domingo el II MARATÓN DE ALCALÁ, en esta ocasión, por relevos. Las impresiones de este pasado domingo son bastante parecidas a las que tuve el año pasado:
- Es un Maratón aburrido. Cualquier carrera que consista en dar dos vueltas al mismo circuito aburre por definición, si hablamos de un maratón, el efecto se magnifica: aburre y desespera porque en la segunda vuelta ya sabes exactamente lo que te espera.
- Es un Maratón feo. Con decir que pasa por el polígono industrial de la calle Varsovia, no hace falta añadir nada más. Alcalá cuenta con un casco histórico atractivo, pero ni aun estirando el recorrido como un chicle se pueden conseguir los kilómetros suficientes para lograr un maratón bonito. Sevilla, Valencia, Barcelona o Madrid tienen el tamaño necesario para lograrlo, nosotros no. Y que en bastantes kilómetros del recorrido, los corredores vayan pegados a los coches, no ayuda a embellecerlo precisamente.
- Es un Maratón impopular: ya sea por el tamaño de la ciudad o por la poca tradición que tenemos al respecto, la realidad es que apenas hay gente animando a los participantes en el recorrido. Las calles están prácticamente vacías y la poca gente que hay, prácticamente no anima. Si alguien se atreviera a comparar la animación en Alcalá con la que hay, por ejemplo, en Valencia, nos sacarían los colores. Y mucho. Eso, sin contar las miradas de hostilidad de muchos conductores atrapados en el atasco.
- Es un Maratón con bajísima participación: los números son los números. Frente a los miles y miles de corredores que cruzan la meta de otras maratones nacionales, la cruda realidad es que en Alcalá, ayer sólo cruzaron la meta 258 corredores de la maratón general y 127 parejas de la maratón por relevos… es decir, simultáneamente solo había 385 personas corriendo.
Sé que el alcalde de la ciudad, Javier Rodríguez, tenía un empeño especial en que Alcalá tuviera su propia maratón. Y los corredores de la ciudad le agradecemos infinitamente el intento. Pero… ¿Merece la pena el follón que se monta (prohibición de aparcar en parte del recorrido, cortes de tráfico,…) para que solamente 385 personas corran un maratón aburrido, feo, impopular y con bajísima participación? Me da mucha pena decirlo, pero yo creo que no.
Tomás Fernández
Esto ya es inaguantable, todos estos políticos que nos están gobernando, descaradamente se están riendo de los contribuyentes, que les tenemos que recordar que: primero, están a las órdenes de los que con nuestros impuestos pagamos sus abultados sueldos y ya lo último es que se creen estar capacitados para gobernar Alcalá de Henares, cuando muchas y muchos han estado en el paro y ahora cobran unos sueldos estratosféricos.
Pero bueno, afortunadamente todo en esta vida tiene un final, pronto veremos como todos estos y estas que nos están gobernando, tendrán su finiquito, y lo peor que tendrán que soportar, es que la mayoría de los vecinos y vecinas, les pondrán la cara colorada.
Ya queda poco y los que avisamos no somos traidores, alguno o alguna, puede que se les vea sentados en el banquillo, ante un juez respondiendo a preguntas sobre que han hecho con el dinero que han recibido de los contribuyentes que pagamos nuestros impuestos.
Por eso ellos y ellas quieren entretener al personal para que no piensen el dinero que les pagamos, organizando “Maratones”, fiestas, cabalgatas, festival del cine, la marcha Zombie etc. etc.
Dejamos a continuación los sueldos que pagamos a políticos y a muchas personas casi desconocidas, y que no sabemos qué trabajo realizan.
Vean los sueldos que pagamos con nuestros impuestos:
http://www.mediavida.com/foro/off-topic/sueldos-supervip-alcala-henares-588723
No. Si se nota que algunos no corren ni la cortina. El corredor quiere calor popular y pasar por zonas turísticas, no que le echen a polígonos para no estorbar el tráfico. Es un domingo al año. Se puede soportar. Y sobre los tramos que los coches circulaban al lado, eran insoportables para quienes corríamos. Nos tragabamos todo el huno de los tubos de escape. Muy sano para quien lleva 15 Km corriendo con los bronquios abiertos. Pues todavía alguno dice que está bien porque así esos tramos no se cortaron al tráfico. Lo dicho, ni la cortina corréis.
Si que es feo el poligono y la calleVarsovia u muy peligrosa por falta de disciplina urbanistica.Como el estrechsmiento y la curva hacis el Alcampo con las»nuevas» naves…
Si el deporte es un escaparate ….de lo que hay. Y en la calle Varsovia ycontinuacion por Afligidos hacia el Alcampo lo que hay es fealdad , peligrosidad y falta de disciplina urbanistica…
La fealdad.de.la.calle Varsovia y su.poligo no es proporcional a la peligrosidad creada por la secular falta de disciplina urbanistica en la zona.Ello continua en la prolongscion por el Camino de los Afligidos hacia el Alcampo con un estrechamiento sin carril bici.ni paso adecuado de peatones.
La actual construccion de nuevas y hacinadas naves so bre el solar de la antigua fabrica de FRIESA ha multiplicado enormemente el peligro y el desastre urbanistico.El deporte: maraton o ciclismo es un escaparate… de lo que hay.
Mis diculpas por la errata, Quería decir «para evitar dejar en el olvido a alguno de ellos»
Antes de nada, le agradezco su explicación, a la que no tengo nada que objetar. El problema, y éste ha sido el móvil de mi comentario, es que de un tiempo a esta parte las ciudades se ven cada vez más asediadas, llamémosle así, por infinidad de eventos de todo tipo que, con todos los respetos y con todas sus motivaciones, no hacen sino entorpecer su dinámica cotidiana, por si fuera poco que cada vez resulte más incómodo vivir en ellas por problemas tan graves y tan molestos como, por ejemplo, el tráfico.
Sería injusto por mi parte acusar de ello sólo a los eventos deportivos capaces de colapsar una ciudad mientras se desarrollan, aunque también es cierto que en algunas ciudades como Madrid (no tanto, ni mucho menos, en Alcalá) han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. No, estos entorpecimientos son de índole muy variada, y prefiero no enumerarlos para evitar no dejar en el olvido a alguno de ellos, así como para no incurrir en una inevitable discriminación en función de mis preferencias personales.
Es muy probable que todos ellos tengan sus propias justificaciones tal como usted justifica los maratones, y no tengo motivo alguno para no aceptarlas; pero lo cierto es que la paciencia tiene un límite, y veo con preocupación que cada vez es más difícil salir a la calle sin tropezarnos con un lo que sea que de repente nos interrumpe el paso. Y no estoy hablando de la molestia de no poder cruzar una calle, eso no deja de ser trivial, sino de los trastornos de todo tipo que puede causar a mucha gente que no esté precisamente paseando y que no tiene opción a cambiar de camino para hacer, pongo por ejemplo, su trabajo.
Confío en no haberme expresado mal. Reciba un saludo.
Buenas tardes, José Carlos. Evidentemente, el objetivo de un maratón no es que sus participantes “se luzcan en público” como usted dice. De hecho, en un maratón normal los amigos y familiares que van a animar al corredor tienen dificultades para encontrarlo entre las miles y miles de personas que toman las calles de la ciudad en la que se celebra.
El Maratón es algo más que una prueba deportiva. Para los que lo corren, porque es el gran día que llevan meses esperando y para el que han entrenado a propósito (efectivamente, en “sitios tranquilos”, como usted dice); y para la ciudad, porque es una oportunidad de difundir la cultura deportiva y para darse a conocer a sí misma. Un Maratón al que acuden 20.000 personas de fuera, genera una cantidad importante de ingresos en la ciudad y de turistas potenciales para el futuro.
He dado por hecho que todo el mundo había vivido alguna vez un maratón (al menos, como acompañante de algún corredor o como espectador). Es evidente que en Alcalá no tenemos esa tradición. Pero las ciudades se vuelcan en sus maratones para dar ánimos a los locos que se han atrevido a correr 42 kilómetros de buena mañana. Hay niños con pancartas, bandas de música, gente aplaudiendo (en Valencia, cada grupo fallero de la ciudad se pone en un punto kilométrico, disfrazados y tocando música para hacerlo más divertido)… En definitiva, es una GRAN FIESTA DEL DEPORTE. Y no de un deporte elitista para 4 atletas fuera de serie: cualquiera puede participar: hay corredores jóvenes y de 80 años, corredores profesionales y corredores cuyo objetivo es simplemente ser capaz de cruzar la meta, corredores locales y corredores que vienen de otros países, corredores que simplemente van a pasárselo bien y corredores que quieren dedicar su pequeña hazaña a la memoria de un ser querido que ya no está… Cada participante tiene una historia diferente y todas son importantes.
Lo que quería decir con la carta, es que para valorar si merece la pena volver hacer un maratón hay que poner en una balanza las cosas positivas y las negativas. Y está claro que las segundas pesan más que las primeras en el caso de nuestra ciudad, porque Alcalá no cuenta con los ingredientes necesarios para conseguir que un maratón que convierta en una gran fiesta deportiva.
Si se me permite, voy a hacer un poco de abogado del diablo. ¿Merece la pena colapsar completamente una ciudad para que unas cuantas personas se luzcan en público? Porque si de lo que se trataba era de correr, es decir, de practicar un deporte, en principio valdría cualquier sitio, preferiblemente donde no se turbara la actividad cotidiana del resto de los ciudadanos, doscientos mil en números redondos frente a los mil setecientos inscritos, bastantes menos en la práctica según datos del propio señor Fernández.
Pero no, resulta que es un «maratón feo» porque «pasa por el polígono industrial de la calle Varsovia» pese a que «Alcalá cuenta con un casco histórico atractivo», y además «en bastantes kilómetros del recorrido,los corredores van pegados a los coches»; no contento con los cortes de tráfico, ¿sugiere acaso que se quiten también los coches aparcados?
No practico este deporte que por lo demás merece todo mi respeto, pero si lo practicara lo que menos me importaría sería que me vieran y me animaran, lo que querría sería correr y cuanto más tranquilo mejor. A juzgar por la opinión de este señor, él no debe de pensar lo mismo.