Somos Alcalá ha emitido el siguiente comunicado de prensa relacionado con la polémica de los salarios de los concejales:

Ante distintas informaciones aparecidas en algunos medios de comunicación en las que se asevera erróneamente que en el Pleno Ordinario celebrado en la tarde de ayer nuestro grupo “impidió” la bajada de sueldos para todos los concejales, deseamos dejar meridianamente claro que ese enfoque informativo es rotundamente falso, tendencioso y no se corresponde, en absoluto, con la realidad.

Somos Alcalá ha mantenido, mantiene y mantendrá sus compromisos con la ciudadanía. De hecho, nuestra formación sigue siendo la única que ha rebajado sus percepciones salariales de forma lineal a todos los miembrosque conforman el Grupo Municipal en el Ayuntamiento hasta los 36.600 euros brutos al año.

Y no sólo eso. Además, hemos garantizado el cumplimiento de los acuerdos alcanzados con el PSOE previos a los actos de investidura y composición del nuevo gobierno municipal que cifraban, además de nuestra asignación económica mencionada hasta la saciedad, una reducción de la masa salarial total de los cargos electos y asesores correspondiente a un 20% del presupuesto (que finalmente se elevaría hasta un 25%, lo que representa un ahorro a las arcas municipales de 900.000 euros con respecto del Presupuesto 2013 -prorrogado- y 550.000 euros con respecto de los salarios reales de 2014).

Resulta especialmente preocupante que desde el máximo órgano de representación municipal se intente confundir a la ciudadanía con sucias maniobras laberínticas dirigidas a convertir el Pleno en un circo en el que algunos grupos políticos de la oposición parecen entender que todo vale.

Este es el caso del Grupo Ciudadanos que puso de manifiestosu clara escasez de ideas y propuestas para Alcalá de Henares, ya que presentó una enmienda plagiada del programa electoral de Somos Alcalá aunque de modo torticero,cuya única pretensión, como quedó claro, era crear división en la coalición de gobierno.Más aún cuando desde nuestro grupo se brindó por escrito ante el público asistente y las cámaras que retransmitían en directo el pleno, la posibilidad de que todo aquel concejal que lo quisiera pudiera rebajarse el sueldo en la cantidad que considerase oportuna.

Las bravuconadas cuarteleras del Señor Lezcano quedaron desenmascaradas y su excitado interés por animar a rebajar todos los salarios de la corporación no fueron predicadas con el ejemplo, a pesar de su arrebatador alegato en el que llegó a ofrecer su trabajo gratis al Consistorioaunque, eso sí, guardándose en la manga la posibilidad de acogerse a su pensión como ex Guardia Civil.

Espectáculo miserable de la oposición

Mención aparte merece el lamentable espectáculo planificado tanto por el Grupo Ciudadanos como por el Partido Popular. Ambas formaciones, al unísono y en repetida sincronía, no tuvieron ningún pudor en servirse de la desesperación de las personas que perdieron su trabajo tras ser contratados temporalmente en el marco del Programa de Inserción Laboral (PIL) en diciembre de 2014. La utilización miserable y repugnante de los sentimientos y necesidades de estas 193 personas, que en algún momento llegó a rozar la impostura melodramática por parte algún portavoz de la oposición, representa un ejercicio de indignidad e hipocresía difícil de digerir por la ciudadanía, que asistió perpleja a esta verdadera exhibición de desvergüenza política.

Ambas fuerzas políticas son plenamente conocedoras de las condiciones en las que el Partido Popular, dirigido por el exalcalde no electo e imputado por presuntos delitos económicos Javier Bello, había realizado esas contrataciones temporales y claramente electoralistas. Ambos grupos, perfectamente coordinados, saben que esos contratos tenían una duración máxima de 9 meses.Las dos formaciones son conscientes de que esos contratos dependían de una subvención de la Comunidad de Madrid, gobernadaen aquel momento en solitario por el Partido Popular y actualmente con el apoyo de Ciudadanos.

Sin embargo, no tuvieron ningún pudor en manipular los sentimientos de ese grupo de personas pretendiendo erigirse en adalides de la defensa de sus puestos de trabajo, aún a sabiendas de que estos se habían planificado con fecha de finalización previamente establecida.

Pocas actuaciones resultan tan rechazables como la utilización política de la desesperación humana. Un ejercicio practicado hasta marcas record por estos dos partidos.

Y todo ello mientras ambas formaciones se abstenían en la votación de una propuesta de ILP impulsada por los sindicatos UGT y CC.OO, dirigida a establecer una prestación de ingresos mínimos en el ámbito de protección de la Seguridad Social. Y mientras votaban en contra de una propuesta del equipo de gobierno relativa a solicitar a la Comunidad de Madrid el desarrollo de un Plan de Empleo Garantizado, lo que da una idea certera de la doble moral practicada continuamente tanto por el Grupo Ciudadanos como por el Partido Popular.