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Como el veranillo ha dado mucho de sí, me he esmerado en mis lecturas. La actual situación política de España, me ha llevado a bucear en una serie de obras, siempre de autores españoles.

A las primeras – las de Pedro Laín Entralgo-, he llegado por la inquietud que me ha generado la polémica separatista catalana, y a la segunda lectura, – la de Jorge Santayana-, por la remisión que a ella me ha hecho algún que otro gilipollas que por ahí anda suelto, parapetado en cargo público.

La figura de Pedro Laín Entralgo siempre me ha atraído. Me mola la gente así, que lo mismo vale para “arreglar un roto, que un descosido”; químico, historiador, médico un crack…… pero que siempre estuvo bajo lupa, porque para los franquistas radicales era un intelectual blandengue y mojigato – perteneció a los sectores más chinches de la Falange junto con Dionisio Ridruejo, aunque en los primeros años de postguerra fue uno de los principales ideólogos del movimiento-, y para los demócratas – reinstaurada la democracia en España-, era un franquista, aunque debido a su capacidad intelectual, nadie pudo negarle al turolense el reconocimiento de sus méritos.

Así que entre Julio y Agosto me he cascado los dos volúmenes que comprenden su “España como problema”, obra que sintetiza su opinión sobre la situación en la que se debatió nuestro país durante el s. XX y que tuvo su génesis en el movimiento noventayochista. Recomiendo su lectura, por lo actual del planteamiento de Pedro Laín. Soy de los que pienso que en la última parte de su vida, sus estudios antropológicos – que son los que han tenido más trascendencia quizá por su condición de médico-, no tenían la talla de la filosofía que desarrollo en la década de los 50, años en los que Laín empezó a dudar del sistema por el que tanto había luchado.

El Segundo autor al que me he dedicado este veranillo ha sido Jorge Santayana – George Santayana-, que es otro de esos talentos españoles a los que no se le juzga con una óptica a la altura de sus pensamientos. Aunque en ciertos momentos he estado a punto de desistir de su lectura por lo intenso de su análisis, creo que hay que destacar de su obra la visión que los no demasiados abundantes “filósofos católicos”, pueden aportar, máxime combinando con acierto aspectos tan complejos como el naturalismo y la abstracción.

Como ya he dicho antes he estudiado ahora su obra gracias a uno de esos muchos gilipollas que andan sueltos por el mundo, y que se encuentran en el sitio justo en el momento justo para ellos– o en el momento equivocado para todos los demás-

Santayana es uno de esos personajes que marcan camino, y yo había tenido ya ocasion de corroborar algunas de sus más celebres frases:

La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla

Un niño educado sólo en la escuela es un niño sin educación

La forma más elevada de vanidad es el amor a la fama

Sólo los muertos han visto el final de la guerra

Una percepción totalmente simple, en la que no hubiera conciencia de la distinción y relación de las partes, no sería una percepción de una forma; sería una sensación

Interesantes, ¿No?

Pues aquí viene la mejor

Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo

Visite  auschwitz a principios del presente siglo, en el marco de un viajecito que me permitió conocer toda Polonia. Recordaba la frase porque la interacción audiovisual del entonces y ahora Museo – y otrora campo de trabajo exterminio o como lo quieran llamar- la había situado en la cabecera de uno de los módulos administrativos de Auschwitz1- el módulo más antiguo, fue en Birquenau (Aushwitz2) donde tuvieron lugar las ejecuciones en masa-.

Me llamó la atención entonces, y ahora que he leído la obra del autor Hispano norteamericano, he podido recordar como un gilipollas de esos muchos que andan sueltos por el mundo, utilizó twitter para sentar otra  no menos célebre frase:

«¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero»

Lo mejor de todo es que el pavo se ha ido de rositas, y ahí sigue. ¿Alguien se imagina si la frase en cuestión la hubiese tuiteado Rafael Ripoll? Aquí se habría montado la marimorena. Burlarse del Holocausto judío es lo mismo que reírse de la matanza de Paracuellos, y la gente que no tiene ese sentido de humanidad, ni es persona, ni debe representar a los ciudadanos, bien de un municipio o de una nación.

Y he llegado hasta aquí, porque creo que es importante recordar el pasado para no repetirlo. Llevo todo el verano recordando a ese gilipollas – aunque también en nuestra ciudad tuvimos una versión complutense de lo que puede ser un completo gilipollas-, y creo que sus “no compañeros”, de “Somos Alcalá”, tienen que andar e hilar muy pero que muy fino para no cometer idénticas – o parecidas- gilipolleces.

Ser nuevo no implica desconocer el pasado, y digo esto, porque a nadie le gusta que le engañen.

Los concejales de Somos Alcalá han llegado al consistorio bajo la promesa de reducirse los salarios, y gracias a sus votos, ahora Javier Rodríguez es Alcalde.

Defenderse con argumentos tan estúpidos como que destinaran el exceso de su sueldo a fines sociales, no deja de ser un engaña bobos en el que los complutenses no vamos a caer. Utilizar el dinero de los complutenses para entregárselo a las Ong’s que ellos elijan, no es bajarse el sueldo. ¿Entregarán los concejales de Somos Alcalá el exceso de su salario a Españoles en Acción? Me temo mucho que no, lo que supondrá engañar a los complutenses; porque muchos de los complutenses que les han votado, pueden estar de acuerdo en que el dinero se lo entreguen al colectivo Diversah, – por ejemplo- pero habrá otros muchos – entre otros muchos de sus votantes- que no estén tan de acuerdo, y que hayan acudido a las urnas impulsados por esa promesa de bajada de salarios.

Así que menos demagogia, menos reglamentos, y más cumplir las promeses. Somos Alcalá ha tenido una posición de fuerza que le ha posibilitado elegir la Alcaldía. Si ha sido fuerte para eso, también debe serlo para cumplir su promesa y bajar el salario de los ediles. Y sino que no la hubiera hecho.

Somos Alcalá nos la ha metido en toda la frente. Ha puesto el culo en el sillón, y de lo prometido, nos tendremos que acordar dentro de cuatro años. Los 100 días de cortesía se cumplen este mes, y las promesas son para cumplirlas; las mentiras tienen las patas muy cortas. «El papel lo aguanta todo»

Si alguien quiere echarle un ojo, aquí está el programa electoral completo de Somos Alcalá. Mi experiencia me dice que estas cosas van desapareciendo con el paso del tiempo, al mismo tiempo que se van incumpliendo todos los puntos recogidos en el programa.

Lo de siempre, tenemos lo que nos merecemos.

El Alcalaíno Impenitente

elalcalainoimpenitente@outlook.es