Fotografía: Ricardo Espinosa Ibeas, prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento expreso del autor

El Colegio Menor de San Nicolás Tolentino tiene detrás una importante historia de traslados y reformas.

El Colegio Convento de Agustinos de San Nicolás de Tolentino, fue fundado por Cisneros en 1508. En 1604, fray Gregorio de Alarcón, puso en marcha el proyecto de edificación que se inició en 1616, siendo los Agustinos Descalzos sus primeros habitantes.

Con la desamortización, el Edificio perdió su carácter conventual, pasando a manos particulares, siendo en 1884 cuando volvió a recuperar su primitiva finalidad religiosa, ya que sus propietarios lo donaron a las franciscanas del Convento de San Juan de la Penitencia, quienes abandonaron un ruinoso edificio situado en la calle San Juan.

La herencia de Cisneros todavía pervive en el lugar. Las religiosas franciscanas conservan entre su patrimonio un báculo de los reyes nazaríes de Granada, un retrato en bajorrelieve del fundador, su pectoral, su escudo en madera policromada y una de las copias de su testamento. A todo ésto hay que añadirle la silueta del conjunto arquitectónico.

Bajo los arcos laterales de la fachada de ladrillo, cabe contemplar las figuras de San Diego de Alcalá y de San Francisco de Borja. Sobre el muro izquierdo del atrio, centrando el interés de la antesala, un relieve muestra a la Inmaculada con su corona imperial. Proceden las tres esculturas del antiguo Convento de Franciscanos de San Diego, y contribuyen a hermosear un conjunto diseñado con inteligencia.

La planta de la iglesia es de cruz latina y dispone de una cúpula de tambor. A los amantes de la pintura les interesará saber que en la sacristía pudo en otro tiempo admirarse La apoteosis de San Agustín, de Claudio Coello, que actualmente figura entre los fondos del Museo del Prado.

©El Digital Complutense/Ricardo Espinosa Ibeas