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Los que de verdad valoramos el Teatro echamos de menos y esperamos ansiosos la restauración del Teatro de la Comedia en la calle de El Príncipe. El teatro del bueno en nuestro país tiene una firma indiscutible, que es la de Lope de Vega y Carpio, el resto, salvo valiosas excepciones –Miura, Benavente, Hermanos Álvarez Quintero, parte de la producción de Calderón, algo de Buero y alguna cosilla más- no han sido más que burdos y poco talentosos “imitadores” de nuestro genio muerto en 1635.

Y esto viene a cuento de la representación anunciada para mañana por parte de UPyD. Los que seguimos la política local, sabemos por anticipado  el origen de la representación. Yo, como soy de naturaleza optimista, creo que puede haber dos escenarios.

El primero de ellos,-y creo a fe ciega que el más probable-, supone que la escena va a estar iluminada a plena potencia y faltarán lúmenes para enfocar a los protagonistas. El patio de butacas estará lleno de fotógrafos que inmortalizarán el momento de gloria. La representación versará sobre lo maravillosamente bien que se está desarrollando el pacto UPyD y PP así como los maravillosos y cuantiosos réditos que dicho pacto está aportando a Alcalá de Henares. Una buena obra de Teatro digna de cualquier imitador de Lope.

El segundo escenario, el del sentido común, es del todo improbable pero se sustanciaría de la siguiente manera. Al abrirse el telón el escenario aparece escasamente iluminado, y Anselmo Avendaño únicamente recibe la tenue luz de un foco. Anselmo reconoce en actitud compungida y sincera el error cometido  el pasado mes de Julio al apoyar y convertirse en cómplice activo del bartolismo. La representación es breve y Anselmo considera que esa equivocación le está pasando una innecesaria factura a la ciudad, y por descontado a los alcalaínos. Por eso Anselmo da por roto el acuerdo con el Partido Popular y manifiesta su voluntad de trabajar por la ciudad sin dejarse llevar nuevamente por baldíos cánticos de sirena.  Estaríamos hablando de una buena obra de Calderón escrita en uno de sus momentos de máxima inspiración.

No nos engañemos. Hoy todavía no podemos saber lo que nos deparará la rueda de prensa convocada para mañana, pero los hechos son los que son. El segundo escenario habría supuesto que Anselmo Avendaño hubiera puesto los cojones encima de la mesa de Javier Bello y le hubiese recordado el plus de disponibilidad otorgado con nocturnidad y alevosía – que nos va a suponer 20€ por vivienda- los presupuestos de 2012 sepultados en el baúl de los recuerdos, el 1.200.000€ camuflados como publicidad y tantos y tantos puntos de esos 25 famosos  del acuerdo -21 según la prensa receptora del dinero de la publicidad institucional- que al menos escrupuloso le hubiese provocado arcadas. Algo me dice que esto no va a ocurrir, porque Anselmo, por «educación política» no va a recurrir al «a mi no me chulea ni mi padre».

Ojalá me equivoque, pero Avendaño va a presentar la cabeza de Pérez Huysmans, Ana de Juan y Beatriz Díaz como si fuese la medalla de oro de Marina Alabau en los pasados JJ.OO, y va a aceptar las migajas que le va a lanzar el Sr. Bello como si fuesen los panes y los peces del  Nuevo Testamento. Anselmo Avendaño no se da cuenta de que tanto romperse la cabeza por los resultados electorales, le está provocando el mismo mal de altura que supuso la depuración del anterior inquilino del Convento de Agonizantes. El magenta está perdiendo el norte y se va a pegar un costalazo de órdago. Sería importante que Anselmo Avendaño recordase – si no lo sabe- que en 1987, Gerardo Azañedo encabezó la lista del CDS al Ayuntamiento comiéndose cinco roscos, que mutaron en cero pelotero en la siguiente contienda de 1991.

Y es que nadie lo dice pero todo el mundo lo sabe y es importante tenerlo en cuenta. Visto lo visto, a los representantes de UPyD se la trae al pairo nuestra ciudad. Únicamente ven en ella un granero de votos y creen que necesitan pescar en río revuelto, de ahí que hayan iniciado una guerra sin cuartel contra la España 2000 de Rafael Ripoll, porque consideran que pescan en un mismo río conocido con el nombre de «Descontento», sin querer darse cuenta de que desde el momento en el que UPyD se convirtió en PPUPyD, pasó a formar parte del caudal del río.

Este craso error no permite ver a los líderes locales de UPyD que la soga que se han puesto en el cuello, les impide además pescar el voto de la izquierda, – de ahí la guerra con España 2000-  limitándose a intentar convencer a los votantes de mala gana del partido popular – que fueron muchos las pasadas elecciones locales- de las bondades de su trabajo justificando los cambios de rumbo en el ejecutivo local. Malo para los ciudadanos y malo para la ciudad cuando los representantes elegidos en las urnas se preocupan más del futuro propio, que del futuro ajeno. El concepto de servidor público queda desde luego relegado a un segundo lugar.

Lo de Pérez Huysman , Ana de Juan  y Beatriz Díaz – aunque ésta última estaba en lista de espera por su extrecha vinculación con Gustavo Severién- no formaba parte del guión original de Javier Bello, pero dicen fuentes cercanas al actual Alcalde elegido por Bartolo, que cuando llegó de sus larguísimas vacaciones, venía contaminado por un virus llamado Twitter ¡¡¡si!!!, ese sitio dónde Marta Viñuelas y Ricardo Rubio arreglan la ciudad- que le había provocado una gastroenteritis intestinal que se encontraba ya en  muy avanzado estado, de ahí que para recuperar la salud, optase por echar la firma de cese. Ahora esperamos ver cuál es el nuevo destino de los “cesados”, aunque no hay que ser ningún lumbreras para vaticinar que como todos o la mayoría de los damnificados hasta ahora justificando las bondades del «pacto con UPyD», seguirán vinculados «económicamente a la caja del consistorio de alguna u otra forma», con lo cual y como ya dije la semana pasada, de oca a oca y tiro porque me toca.

Mal futuro tiene nuestra ciudad y malos servidores públicos nos hemos buscado. Yo siempre había visto la entrada de UPyD como una ventana de aire fresco en el consistorio, y el tiempo me está haciendo ver que una vez más me encontraba equivocado. Desde luego los españoles y los alcalaínos tenemos lo que nos merecemos.

El alcalaíno impenitente.