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Esta noche se ha iniciado el primer – no sabemos si será el primero, el último o si será permanente- encierro de los representantes de los trabajadores municipales. Realmente el tema se está enquistando bastante más de lo previsto a priori.

Para entender la historia hay que remontarse a 2003. Bartolomé González logró una inesperada victoria frente a Manuel Peinado, labrada en buena parte gracias a la ayuda de los trabajadores de la “casa”, hastiados de la prepotencia con la que habían sido tratados por las huestes de Manuel Peinado y Luis Suarez Machota.

Bartolomé González, obsequió a los trabajadores municipales con generosas regalías para compensarles por su victoria, -“la casa mueve un concejal”-, factor a tener muy en cuenta en un terreno de juego de márgenes tan ajustados como el Complutense.

Los primeros síntomas de debilidad se vieron durante la negociación del convenio de la segunda legislatura consecutiva de Bartolo, a inicios de 2008. La casa nuevamente había dado la mayoría absoluta al partido popular, y además los trabajadores municipales habían votado a favor del idilio CC.OO- Partido Popular, como más tarde destapó la revista Interviú. Sin embargo, Bartolo amagó con ajustar las pretensiones de los trabajadores municipales, pero un conato de manifestación a las puertas del consistorio en Febrero de 2008, posibilitó que los trabajadores del Ayuntamiento consiguiesen nuevamente sus pretensiones. Volviendo Bartolomé González caminando de un acto en el Paraninfo de la Universidad, se encontró montado un pifostio a las puertas del Ayuntamiento. Tiempo le falto al primer edil complutense para tirar de teléfono y hablar con Marta Viñuelas requiriéndole que evitase cualquier tipo de problemas. Estas fueron las “bases negociadoras” del convenio laboral que ha regido en el Ayuntamiento de Alcalá durante la última legislatura.

Es además importante entender todas estas circunstancias para comprender el vínculo laboral que rige en el Ayuntamiento de nuestra ciudad. Es el vínculo creado entre el padre consentidor y el hijo consentido/malcriado. Tan culpable el uno como el otro de crear una situación que en un momento determinado se vuelve insostenible o mucho mejor, incomprensible.

Ahora nos encontramos en ése momento. El Alcalde no puede consentir más y se ve obligado a tirar de correa en un escenario que el niño consentido no puede entender. De ahí que el conflicto está servido. La solución muy complicada máxime cuando el ayuntamiento ha tenido que presentar un plan de viabilidad en el que se vinculaban las remuneraciones de los empleados municipales.

No es desdeñable además, tener en cuenta las estratosféricas remuneraciones económicas de los ediles complutenses, y que tras la reducción del 10% anunciadas semanas atrás, oscilan entre los casi 100.000€ del Alcalde, a los aproximadamente 60.000€ de cualquier concejal raso, lo que suponen un muy mal ejemplo para los funcionarios, que tenemos que recordar que en el Ayuntamiento de Alcalá tienen un sueldo promedio  de algo más de 50.000€ anuales incluyendo el controvertido fondo social.

Lo que todo el mundo tiene claro es que esta negociación del convenio, no tiene precedente en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y que marca un punto de inflexión que marcará y mucho el futuro de la corporación