Etiquetas
ANSELMO AVENDAÑO, AYUNTAMIENTO DE ALCALA DE HENARES, BARTOLOMÉ GONZÁLEZ, IMPUESTOS, SUBIDA IMPUESTOS
No es fácil de comprender. Para muchos el anuncio del gobierno central consistente en abonar las deudas de las corporaciones públicas era simplemente eso un anuncio, pero no. Para cualquiera que conozca los vericuetos de las administraciones públicas, sabe que éste “aval” de Rajoy, no es más que una intervención inducida de cualquier administración que se eche en los brazos del gobierno.
Para los alcalaínos, lo mejor que nos podía pasar. Nuestro Ayuntamiento, y siempre según el Diario el Mundo va a ser uno de los principales usuarios de éste servicio de la administración central. Lo llamamos servicio, porque echarse en los brazos de éste sistema supone acatar una serie de normas. Para entenderlo en otros términos. Este plan no es otra cosa que un F.R.O.B para ayuntamientos en la U.V.I., y el de Alcalá es de los que necesita una transfusión más grande.
De ahí que el pasado día 29, el pleno tuviese que aprobar un plan de viabilidad. Plan exigido por el gobierno central para acoquinar los 94 y pico de millones que Bartolomé González y su equipo han pedido al gobierno para pagar las numerosas facturas que se encontraban en los cajones. A nadie se le ha escapado que el gobierno central no presta éste dinero a beneficencia, de ahí éste plan de viabilidad.
Y es que el Ayuntamiento de Alcalá tenía una forma de financiación, cuando menos peculiar. La deuda a proveedores, que no era considerada como deuda viva o financiera, era la mitad de la deuda existente, lo que permitía que nuestro Ayuntamiento – a diferencia de otros como Madrid- pudiese seguir pidiendo préstamos. La contabilidad municipal, únicamente recogía como deuda, la bancaria. Ésta deuda, escasamente amortizada, era financiada por la corporación con unos 8 millones de euros anuales.
La deuda a proveedores no era financiada, y por ella no se pagaban intereses – lo cual no es del todo cierto, porque el que más y el que menos hinchaba la factura lo que podía-. Sin embargo, esto cambia, porque el Estado si va a cobrar intereses -5%- a nuestro Ayuntamiento, durante los 5 primeros años de cadencia – a partir del 5º habrá también que amortizar-. De ahí que en lo sucesivo, los 8 o 9 millones que se utilizaban en pagar intereses, se van a convertir en 14.5.
De ahí que el Ayuntamiento haya aprobado que seamos los ciudadanos los que abonemos los 5 millones extras de intereses. De ahí que nuestro I.B.I vaya a subir nunca menos de un 10% anual, una pasta que vamos a pagar los alcalaínos.
Éstos antecedentes han provocado una reacción a la griega de numerosos alcalaínos. Son numerosos los foros de cibernautas que en estos días encuentran lamentos forzados de ciudadanos, que además piden responsabilidades, publicas, políticas y penales contra los gestores municipales.
Lo que está claro es que a partir de ahora, los alcalaínos vamos a tener que apretarnos el cinturón mucho más que la media de los españoles, mal futuro para una ciudad en la que el paro ya supera holgadamente el 20%.